Allá marchó. Con la cabeza erguida a pesar de sus culpas.
Su idilio con la muerte había terminado.
Plasmado en su retina se llevó el rostro de su víctima. Una, una sola repetida infinidad de veces, ya no recordaba cuántas pero para él siempre fue la misma.
Había volcado la inquieta insatisfacción de una vida apocada por la baja autoestima, el autoritarismo maternal, el vacío dejado por un padre que no quiso saber ni su nombre, y la indiferencia de esa mujer que en cada esquina se le reía de su pobre vida, de su apariencia insignificante, rechazándolo como si fuera un bicho asqueroso.
Una y otra vez, exterminaba esa inmortal visión que tanto le dolía.
Quién era capaz de juzgarlo?
En su cabeza, la sensatez era su propia locura.
Su violencia era su paz.
Su fuerza, la debilidad de esa mujer -o mujeres, ¡qué importaba ya!... era un déja vu el que giraba dentro de su mente.
Ahora, en prisión, escribía en las paredes con un sus propias uñas el nombre que le puso a tantas muertes, a tantas mujeres que inocentes sintieron el filo del cuchillo que las desangró sin más....
Macarena, Macarena, Macarena, Macarena, Macarena....
The Daily Planet´s Bloggers, es donde muchos más prisioneros
tienen historias que compartir
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Gracias a los chicos del Daily!!!, ya me tienen fichada
por mis dudosos antecedentes!
Y las mujeres que se cruzaron en su camino, pagaron culpas ajenas, reales y ficticia.
ResponderEliminarEn su insensatez, tal vez haya matado a alguna, que podría haber hecho olvidar ese resentimiento.
Muy buen relato. con alguna frases memorables...
ResponderEliminarencantado de visitarte Gaby.
abrazos!
Si que existen personajes como el que nos estás relatando muy bien Gaby...
ResponderEliminarUna persona con tal inseguridad en si misma, tan pobre de espiritu, es capaz, para vengarse de la mujer que le relegò a tal estado, su madre, de asesinar solo por hacerse notar, para tener un protagonismo que de otra manera no tendría. Buen relato. Saludos.
ResponderEliminarSu violencia era su paz, una frase terrible, y mato a varias mujeres matando siempre a la misma. Un relato estremecedor, pero bien conducido. Abrazos
ResponderEliminarLa mente enferma tiene esos subterfugios para salir de su dolor y hacen pagar a justos por pecadores.
ResponderEliminarGaby, tremendo relato de la auto anulación hasta la obsesión. Lo de menos serán las rejas, el indecible sufrimiento será una celda en el cerebro.
ResponderEliminarDe una vida mal empezada, la consecuencia aberrante es la locura y el querer resarcirse anulando otras vidas. Terrible y espeluznante pero muy real.
Me gusta el dibujo manchado de sangre. Besitos muchos.
Y ella parece que pagó por todas, o todas pagaron por ella...
ResponderEliminarUn abrazo y mi enhorabuena por este texto. Qué imaginación la tuya!
Cafelito y abrazo.
Tu forma de escribir transmite la angustia incontrolable del personaje, duro relato lleno de obsesión y dolor. Un besote
ResponderEliminarVidas destrozadas por el destrozo de otra vida, ¡Terrible!.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Culpable?. No estaría yo tan seguro. Pienso que la vida le llevó a un callejón sin salida, perturbando sus facultades mentales hasta el punto de matar una y otra vez y otra y otra, a la que, en su locura, encarnaba a la misma persona, la tal Macarena que tanto daño debió de hacerle.
ResponderEliminarMagníficamente bien relatado, Gaby.
Un fuerte abrazo.
Quizás ya parezca trillado lo que voy a decirte, pero amiga, lo has dibujado. La mente del asesino serial y su historia, parecen de guión, pero tocas sin más la vida real, de muchos casos.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo :) Gaby*
Una mente perversa que busca su propia justicia ante los hechos de su pasado, los maltratos y abandonos que marcaron su vida. A veces estos estigmas convierten a un ser humano en una fuente de maldad.
ResponderEliminarExcelente relato Gaby, un beso!!!
Seguramente que para los asesinos siempre existirán justificativos para sus crímenes, al menos, se las ingeniarán para calmar sus culpas repartiendo o ignorando culpabilidades. en cambio, para las víctimas, no les queda ese recurso...
ResponderEliminarUn abrazo!
=)
Da escalofríos tu relato. ¿Hasta donde puede llegar una persona abatida? Da miedo solo pensarlo.
ResponderEliminarBss.
La verdad, es una mente muy retorcida la del asesino, descrita por ti en un excelente guión Gaby. Un abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarlos feos matamos, los guapos van al cielo :-)
ResponderEliminarUna vida marcada por la baja autoestima... muy bonito tu relato, me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Yo no puedo disculpar a estos asesinos, se me revuelven las tripas solo de pensarlo, es cierto que la niñez marca mucho, pero también es cierto que se puede luchar y conseguir ser persona.
ResponderEliminarBesos amiga.
Detrás de cada caso hay una historia y esta que cuentas motiva (que no justifica) esa dedicación al crimen. Desde luego, si hubiera más humanidad habría menos delitos.
ResponderEliminarBesos.
No hay nada peor que la frustración para alimentar la violencia.
ResponderEliminarQuien siente que no tiene nada que perder, es capaz de todo para volcar su resentimiento en lo que lo rodea.
Muy bien llevado y el dibujo una excelente representación....
Besos vecina (salió el sol... creo, porque estoy aquí encerrada en la prisión juevera...jajaja)
Hay vidas que desde el comienzo tienen marcada la desgracia. Carne de cañón, dicen.
ResponderEliminarBesos
Desgarradoras palabras. Me encanta. Estremece, hace latir más fuerte el corazón.
ResponderEliminarDesde su nacimiento parece que le marcaron el camino, un camino donde la locura campó a su antojo, ¿no cabia para él otra salida? al parecer no. Muy bien contado Gaby.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces son las circunstancias las que convierten a una persona en un criminal, aunque no se justifica, pues en circunstancias similares, otros no llegan a esos extremos.Pero tu relato está bien en el sentido de que no juzga, ni condena; no somos nadie para juzgar ni condenar.¡El alma humana es tan compleja!...
ResponderEliminarUn abrazo.
Los asesinos no se justifican, se debe luchar por ser buena persona, estremecedor relato.
ResponderEliminarEs un buen texto, atrapa y recrea en un recorrido de interrogantes. Una paranoia de fatales consecuencias y una locura sin retorno. Duro pero brillante.
ResponderEliminarBesos
Nunca es justificable cometer un crimen, pero tal y como muestras en tu relato, hay personas que desde que nacen son "carne de cañón" y están destinados a acabar su vida entre rejas...hasta qué punto se les puede culpar a ellos o al ambiente en el que se han criado ya es un tema de debate muy peliagudo.
ResponderEliminarMuy buen relato Gaby