- Soy
de agua, de río, de mar… Soy de lluvia de tanta lágrima que me surca por
dentro!
Ella no sabía que la felicidad pudiera humedecer hasta los huesos, que la emoción le
empaparía el alma de este modo, que la vida le regalaría esta alegría tan
inmensa que parecía no caberle… o era ella quien no cabía dentro de esa sensación tan sublime.
Todo
se sobredimensionaba y las expectativas que empezaban a ser tierra yerma, hoy le regalaban al fin brotes y retoños de colores.
Fueron
años de esperas y desilusión. Tantas gotas de lacerante tristeza recorriéndole
las mejillas y el alma, una y otra vez. Fue buscando el consuelo en la fe, en la esperanza, en el ruego que como ave
se elevaba a donde fuera, con tal de ver su luz…
Pero al fin… al fin
esas dos rayitas espontáneas
vinieron a darle la señal de vida
que tanto anhelaba,
Al fin se estaba gestando su sueño más dulce…
El sueño de ser mamá!
(me vino el recuerdo de aquella noticia en plena madrugada,
entre ansiedad y nerviosismo, en que por
medio de un test de embarazo,
confirmé, después de tanta espera,
que iba a ser
mamá...