jueves, julio 29, 2010

La PLapLa

Felipito Tacatún, estaba haciendo los deberes. Inclinado sobre el cuaderno y sacando un poquito la lengua, escribía enruladas "emes", orejudas "eles" y elegantísimas "zetas".
De pronto vio algo muy raro sobre el papel.
- ¿Qué es esto?, se preguntó Felipito, que era un poco miope, y se puso un par de anteojos.
Una de las letras que había escrito se despatarraba toda y se ponía a caminar muy oronda por el cuaderno.
Felipito no lo podía creer, y sin embargo era cierto: la letra, como una araña de tinta, patinaba muy contenta por la página.”

(Cuento de María Elena Walsh)


Este es un fragmento de un cuento que ha marcado mi infancia. Desde entonces, anduve buscando plaplas toda mi vida. En resumen, no he logrado más que letras disformes, manchones de tinta, ociosos firuletes dormitando en los renglones, pero nada parecido a esa especie de letra loca que salta, baila y se divierte.
Quizá, por ese motivo, mis letras no duermen… sueñan despiertas, se reinventan, se imaginan poder ser algo más… que letras…
En esta blanca hoja, se irán volcando mis letras insomnes, con sus rulitos, con sus curvas, con sus alegrías y angustias, con tropezones y equivocaciones, con aciertos y emoción…
Letras son, para compartir contigo …









*Si gustas leer el cuento de la PLAPLA completo, pincha AQUÏ





pinceladas...

pinceladas...
y te recorro con tinta azul, cielo nocturno de mis profundas necesidades

sobrevuelo...