miércoles, septiembre 22, 2010

miedos

¿Cómo eran mis miedos de antaño?
¿Tenían cara?
¿Hacían sombras?
¿Se refugiaban en su inocencia
bajo la almohada,
bajo la alfombra?
¿Con qué los ahuyentaba?
¿Con qué grito?
¿Con qué llanto?
En oscuras tinieblas se proyectaban
y un solo abrazo los evadía...

-Mamá, tengo miedo... tanto
cuando se marcha la luz del día
y la noche se me hace espanto.
Temo a esos monstruos incansables
que me persiguen si me dejas sola...
Dame la mano y no me sueltes!

Y el miedo allá se iba
junto a sus sombras
por caminos insondables
trazando ondas
y firuletes...

.......


Mas ahora,
mis miedos no están afuera,
en un trueno,
en el viento.
No nacen de las páginas de un cuento.
Son más intensos,
vienen de adentro.

Quisiera recuperar
aquellos miedos bobos,
con ojos de bhúo
y dientes de lobos.

Gaby*


10 comentarios:

  1. Los miedos...¡ay los miedos!
    ¿Quién no tuvo miedos?
    ¿quién no tiene miedos?
    Los miedos nos arrastran y nos llevan
    hasta el ruedo de la plaza del tormento
    zarandeándonos, nos despiertan acelerados
    heridos por la huella de una guerra
    guerra del subconsciente contigo mismo
    luchando en el vacío inexplorable de los miedos.

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  2. Benditos miedos infantiles que para alejarlos de nosotros bastaba el amoroso abrazo de una madre. Los miedos adultos son mucho peores. Son reflejo de nuestras inseguridades de adulto, nos agobian y nos anulan. Los miedos merman considerablemente nuestras capacidades. Forman parte del ser humano y es difícil escapar a su influencia.
    Un abrazo.

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  3. Cuando los miedos se nos instalan por dentro son muy difíciles de erradicar. Los miedos de la infancia eran mucho menos peligrosos. Los de ahora no brindan descanso ni respetan refugios. Es el mal de la época.

    Besos.

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  4. Hola mi linda Gaby*
    ...Aquellos miedos sucumbian ante la presencia de un abrazo o una mano tendida, que nos comunicaban la certeza del amor incondicional. (Dependíamos de ello). Estos miedos, son consecuencias de actos. Ejercidos en un sistema, donde a veces irremediablemente, nos sitúa en el "ojo del huracán".
    Mi linda Gaby*, no le temas a tus miedos. Ponle rostros, formas y colores. Como el que nos has presentado. TKM.

    Un abrazo
    Cristina

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  5. los de antes , los miedos de la niñez desaparecían con un vaso de agua y unas palabras.
    Pasado los años otros miedos se acomodan en la boca del estómago, en la garganta y ni agua baja, ni palabras oyes
    besos gaby

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  6. Hola Gaby*!!
    Conozco el porqué de tus miedos y sé de que hablas, porque a mi ya me pasó.
    Es difícil darnos cuenta que tan frágiles podemos ser, cuando están en juego nuestros afectos más cercanos. Hay leyes que son inexorables, pero no por eso nos duelen menos.
    Pero confiemos en que estos miedos de hoy sean sólo momentáneos.
    Me tienes cerca, lo sabes.
    Un besote inmenso!

    RoB

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  7. Aymi querida amiga, esos miedos son tan humanos como pasajeros, ya veras..humildemente te doy mi técnica cuando me asaltan por sorpresa mis propios miedos que, por suerte cada vez son menos, la edad tiene esas ventajas, por lo menos para mi.

    busco un lugar tranquilo de la casa donde pueda cerrar los ojos recostada (generalmente es mi cuarto) comienzo a realizar una visualización de mi misma pero cuando era niña, así me veo pero a upa y abrazada por mi padre, o por Dios o mi madre, ellos consuelan a esa niña que yo mismo me figuro llorando y asustada.
    Te juro Gaby querida que la angustia y el miedo se me pasa, así paso un ratito pensando/viendo/sintiendo ese consuelo y la magia se produce en mi.
    No se es mi técnica, me resulta y estaria mas que feliz si a vos te resultara aunque sea un poquito mas cada vez, es un buen ejercicio, al principio tal vez te resulte ridículo pero si lo ejercitas, FUNCIONA!!

    Mil abrazos y siempre podes contar conmigo.
    Tere.

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  8. Hola, Gaby,
    ¿sabes?, igual es por algún sentido de autojustificación más o menos tranquilizadora, pero yo, personalmente, tiendo a considerar que todos nuestros miedos tienen su origen en algo externo a nosotros.. como aquellos otros “monstruos” que habitaban o transitaban por nuestras habitaciones, en nuestra infancia.. Y prefiero pensar que lo que sucede es que, a medida que crecemos, a veces, algunos de esos miedos los sentimos y hacemos tan nuestros, que acabamos dándoles cobijo, no ya bajo las camas, ni en los armarios.. sino entre los muchos pliegues de nuestra alma..

    Besotes
    PD: por si aún no la viste, te recomiendo una deliciosa película de animación (para niños de todas las edades, incluso la mía, che.. ejejj), llamada “Monstruos S.A,” (I).. Y disfrutá de esa primavera que ya llegó.. y que siempre parece alejar (o aleja) algunos de nuestros muchos monstruos y fantasmas..

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  9. Gaby, recién entro a tu blog y me entretuve leyéndote un poco. Me enfoqué en este escrito, ya que me toco muy de cerca y sobretodo esta parte:

    Quisiera recuperar
    aquellos miedos bobos,
    con ojos de bhúo
    y dientes de lobos.

    ¿ podré recuperarlos ?.

    Un abrazo,
    Santiago .

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  10. A ver, yo me abrace a ti cuando estuve en mi Montevideo querido porque le temo a la obcuridad, me senti segura y pude dormir, vamos hermanita, ven, abrazate hoy a mi sabes que juntas podemos vencer.
    Un beso
    Anny

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Mis letras se entregan a tí...
Gracias por entregarme las tuyas!

pinceladas...

pinceladas...
y te recorro con tinta azul, cielo nocturno de mis profundas necesidades

sobrevuelo...