miércoles, mayo 30, 2012

Otro jueves... otro relato...


En la quietud de la noche


La noche insomne…
La noche se despierta en medio de mí. Me ve tendida… lejana de las instancias de su sueño roto. Se le quebró en pedazos al borde de un sonido absurdo que creyó sentir detrás de la ventana.
Enciende la luz. Foco de haz blanquecino, curvo y delgado. Me llena de claridad, castiga mis párpados que se aferran a la oscuridad… Sin embargo, permanezco quieta, en las brumas del silencio.
Ella se levanta. Siente su boca seca. Bebe un sorbo de agua. Se moja la cara. Se despabila, y en chancletas atisba cada rincón de la casa.
La noche da vueltas y vueltas, no se puede dormir. Padece de insomnio. 
Yo?, Nada más duermo, como un angelito posado en su hombro…

Gaby*
(esta noche tomé revancha)



Más relatos nocturnos en lo de Neo

sábado, mayo 26, 2012

Si tu quieres comer MaNzAnAs...

Siempre quise tener un manzano en el fondo de mi casa, rodeado de girasoles bajo un cielo cubierto de nubes de mariposas capaces de inventar sombras con alas.
Sentir el aire, como un breve suspiro, danzando en torno a esas rojas tentaciones pendiendo de las ramas... Y a la tarde, -cuando empiezan a florecer los sueños- una oleada de aroma dulce se cuele por la ventana regalándome paz y antojos nuevos, risueños, sonrojados por la travesura que derraman.


Siempre quise... Pero mi patio es pequeño y en él solo brotan plantas en macetas.
Las nubes no son más que blanquecinos trazos que se disgregan, llevándose consigo caricias tibias de sol.
Sobre las baldosas, se dibuja una rayuela, que salto a salto asciende hacia el mundo de los imposibles, hasta tornarlos palpables con el alma, como en un juego de niños.
No todo es factible o real, bien lo sé... por eso dejo que la imaginación haga lo suyo y le pido a mis pinceles que me ayuden, a creer y a crear...





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jueves, mayo 24, 2012

Este Jueves...


Réplicas y replicantes


Fermín forcejeaba con aquella tuerca al mismo tiempo que lo hacía con sus ideas. Trataba de acomodarlas en su mente, acoplarlas, hacerles un lugar en las cavidades de su entendimiento.

-Por qué esta rebelión en contra mía? Por qué ella no piensa, no quiere, no siente, no busca lo mismo que yo?

De su valija de herramientas sacó la adecuada y en tanto continuaba sumergido en su labor, ajustando tuercas, tornillos y engranajes, seguía disparando réplicas al aire como si fueran misiles:

-Por qué? Por qué? Por qué? Tan difícil es que me dé todos los sí que necesito? Si yo la quiero con toda mi alma! No es acaso eso suficiente?

Marlene le era esquiva. Desde siempre tuvo una actitud altanera y provocativa con él, pero eso nunca desvaneció sus sentimientos ni le había desalentado. Sin embargo esta vez la mujer había sido clara y contundente en su rechazo. Poco le importaba si su corazón la había elegido, si su deseo se despertaba con solo soñarla. Por el contrario, le marcó sus divergencias, apuntaló cada una de sus razones y delimitó el terreno para que él no lo traspasara.
Apesadumbrado, decepcionado, buscó una nueva ruta de escape. Estaba cansado de luchar por amores que se le deshacían sin concretarse, mas… esta vez sería distinto.
Ajustó la última pieza en tanto lanzaba un suspiro que transpiraba rabia y esperanza al mismo tiempo.
Dio un paso atrás para tener una visión completa de su obra. La observó satisfecho, convencido de que “ella” tendría todos los “síes” que necesitaba escuchar. La abrazó con la mirada y muy quedo le preguntó:

-Me amas?

Y aquella mujer metálica que acababa de construir, dejó emanar un:

-Si – gutural y frío que resonó dentro de sus entrañas mecanizadas.

Gaby*



Más Réplicas y Replicantes en lo de Gustavo

sábado, mayo 19, 2012

pasando páginas...

Mi vida tiene...
Mas sin poderlo evitar, también guardo...
Llevo escrita por vivida...
E íntimamente  atesoro,

y HOY, ante mí descubro, 
esta página en blanco,
bien dispuesta,
en estado de espera,
aguardando el momento oportuno
en que me disponga a contarle algo...




Algo  que aún desconozco...
(solo espero que el futuro, sienta deseos de escribir con buena letra)
Gaby*

jueves, mayo 17, 2012

Este jueves...


Un pacto con el diablo    
(consigna: no más de 125 palabras)



Él no sabe dónde buscar. Su identidad se perdió en el tiempo… Ya no se siente oscuro como antes.
Las tinieblas pasaron a ser un vapor  cotidiano, y el infierno dejó de ser su reino. 
Aquel halo de maldad que le pertenecía, perdió vigencia.
La amenaza, el miedo, hoy son moneda corriente, y se va debilitando su esencia.
¿Quién puede temerle al fuego eterno o querer transar con su alma si cada cual hace sus transacciones sin que le pese en la conciencia?
Se miró en el espejo. En su rostro se reflejaron tantos rostros aborrecidos. Se sintió superado.
-        

                                            - Este tiempo no me pertenece, ni yo a él. No hay pacto que me salve.

Pegó un grito y decididamente mandó todo al diablo!…     

Gaby*

Más pactos en lo de Gustavo

miércoles, mayo 09, 2012

Relato de jueves



Érase que se era…



un cuento recién nacido…
Pequeño y vivaz. Ni bien abrió sus ojos se alimentó de imágenes y colores, mamó fantasías y sueños y jugueteó en su cuna de blanco papel con lápices y acuarelas.
De a poco fue descubriendo el mundo, palpando su realidad… una realidad de cuento.
Balbuceaba con voz de niño las pocas letras que brotaban en su entorno como frutos deliciosos. 
Cada cosa  que escuchaba y que veía, la atesoraba entre sus páginas, que día tras día iban sumándose 
–del mismo modo que los humanos sumamos experiencias y conocimiento-.Coleccionó aventuras y leyendas, historias e historietas, a cual más mágica e increíble y de ese modo se inventó su propia trama.
Había madurado y solidificado su esencia, olía a tierra húmeda y a sol tibio, sonaba a canto de niño, a risa fresca y prometía  juegos y escondites. Pero su anhelo, su gran anhelo, era hacerse amigo de un niño.
Un niño de carne y hueso, con un corazón palpitante y una curiosidad inmensa.
Lo esperaba con ansias, con el deseo de compartir sus tantas letras,  contarle sus vericuetos, entonarle la canción que guardaba en la página 16, enredarlo en las idas y vueltas que tanto lo divertían y enseñarle los dibujos que fue creando con un lapicito mocho que había quedado pequeño de tanta tarea.
Fue una noche sin luna y de sueño esquivo en que conoció ciertamente su razón de ser.
Su vida fue tomando forma, vistiéndose de voz y ritmo, de caricia suave, cuando aquella mujer le tomó en sus manos y se sentó en la cama junto a una pequeña de ojos oscuros y redondos como botones de azabache:

 -Ven mi niña, esta noche te leeré un cuento que escribí para ti.

De aquí en más, la niña y él se leyeron mutuamente cada noche, antes de dormir.
Hoja por hoja, ojo con ojo, letra tras letra…

Érase que se era…

Un cuento que cada noche volvía a nacer.





Y este cuento fue feliz, porque al fin encontró una amiga con quien compartir.


Este cuento lo dedico especialmente a mi hija Jimena, quien ciertamente fue compañera fiel
de cada cuento que le escribí, pero además a los tantos niños que pasaron por mi vida y
a los que tuve la oportunidad de leerles las historias que inventé, muchas veces,  inspirada en ellos.
Gaby*


Y érase que se era... un montón de cuentos  para compartir en lo de  José Vte

lunes, mayo 07, 2012

AuSeNcIa


Hoy siento que me falta algo…
una ausencia me persigue,
no sé como hallarla, cómo entenderla, ni dónde buscarla.
Las horas rezan sus finales en cada minuto que se duerme en las palmas de mis manos...
Solo guardo vestigios de un algo que se difumina en el tiempo y la memoria no alcanza para reconstruirlo con la exactitud de su realidad.
Sabe a sombra, a promesa ida, a instancia abandonada en aras de un recuerdo que no sabe con qué letras pronunciarse, con qué forma, ni en qué lugar.
Tal vez pueda encontrarlo escondido bajo la almohada, acurrucado en un silencio, en una extraña carta que jamás fue enviada.
No lo sé…
Hoy siento que me falta algo…
Extraña sensación de vacío entre mis brazos.

Gaby*

miércoles, mayo 02, 2012

Este Jueves...



Un relato en la Edad Media...


Tanto temor habitaba detrás de aquellas paredes de madera y piedra,  piedras macizas como el miedo que entraba sin aviso y se quedaba cual huésped inesperado… Lo natural y sobrenatural traían consigo un peso indescifrable: cuál de todas las causas era la raíz que había que atacar, entender o acatar?
Se elevaban cantos con cierta dosis de fe, una fe que cuestionaba donde debía apoyarse, en qué pilar santo o en qué cántico mágico.
Todo ese entorno oscuro y confuso se puso de manifiesto, cuando el niño montó en fiebre, una fiebre pegajosa que se le adhería a su cuerpo  sin querer abandonarle, y la familia en pleno lanzaba su plegaria al aire, para que tocara la dicha de algún modo y lo aliviara de su enfermedad…
“… sal, gusano, con nueve gusanillos, pasa de la médula al hueso, del hueso a la carne, de la carne a la piel y de la piel a esta flecha…”
Y a coro reafirmaban su esperanza (por si una cosa fallaba la otra lo salvara):
“Así sea, Señor”.
El  hermano mayor, que llegaba del campo, venía con la nueva buena, un presagio rescatado del excremento de su caballo.  Allí vio un buen augurio! Algo tan deseado en ese entonces.
El cielo era una masa compacta llena de mensajes revelados por los astros, pero aún así, eran tiempos de incertidumbre y temor.
Se sabía que mentados adivinos se habían sentado en el cruce de algún camino para hablar con los muertos y avizorar si alguna catástrofe se avecinaba.
Se aproximaba el año mil… Hubieron quienes pronosticaron que sería el final de los tiempos, por eso cualquier evento, por simple que fuera, podría ser un indicador positivo de salvación, o el alimento de las imágenes más tenebrosas y los miedos invencibles.
Íntimamente, cada uno, en aquella familia, acunaba el deseo más tibio de que el niño mejorara. Sería un modo de poner a prueba la fuerza del destino y confiar que en su cura estaría la respuesta a todas sus incertidumbres. Por ello, se dispuso trasladar al niño a una encrucijada,  lo pondrían en un foso rodeado de espinos. La tierra, sabia madre, madre de vida, absorbería el mal, empapándose en él y liberando por fin a la criatura de lo que tanto le aquejaba…
Quién sabe qué fuerzas poderosas actuaron esa noche, donde los miedos si bien no fueron vencidos al menos se hicieron viejos. El  niño sanó paulatinamente… la sonrisa volvió a su rostro y la fiebre escapó volando disipándose cual humo.
El último combate contra el mal, quedó esperando un mejor momento.

Gaby*




Nota: “El legendario año mil, final del primer milenio, que se utiliza convencionalmente para el paso de la Alta a la Baja Edad Media, en realidad tan solo es una cifra redonda para el cómputo de la era cristiana.  Pero ciertamente, el milenarismo y los pronósticos del final de los tiempos estaban presentes.
Todo el siglo X, más bien por las condiciones reales que por las imaginarias, puede considerarse parte de una época oscura, pesimista, insegura y presidida por el miedo a todo tipo de peligros, reales e imaginarios, naturales y sobrenaturales: miedo al mar, miedo al bosque, miedo a las brujas y los demonios y a todo lo que, sin entrar dentro de lo sobrenatural cristiano, quedaba relegado a lo inexplicable y al concepto de lo maravilloso, atribuido a seres de dudosa o quizá posible existencia (dragones, duendes, hadas, unicornios).
Como escribió Umberto Eco: “La Edad Media cree firmemente que todas las cosas en el universo tienen un significado sobrenatural, y que el mundo es como un libro escrito por la mano de Dios.

Wikipedia siempre aportando información! :-D


 Más relatos en el castillo de Teresa


pinceladas...

pinceladas...
y te recorro con tinta azul, cielo nocturno de mis profundas necesidades

sobrevuelo...