SoL de CaRtóN

que la inocencia de los niños, se mantenga siempre despierta...
(ya que hoy es el día del niño, traigo a la memoria una historia que ya alguna vez conté en mi viejo "spaces")


Fue un día de juegos, correrías bajo el sol.
El parque se pintaba con sus tintes verdosos, las hojas manoteaban el cielo. Mañana lúcida… hamacas al infinito, subibaja y tobogán.

- ¡Vamos niña que tú puedes! No tengas miedo de lanzarte, deslízate tranquila, mami y papi te esperan para abrazarte…
Calesa en unos brazos que quieren que sientas los giros y el aire despeinándote el pelo… Caballito en los hombros de papá, galopando rumbo a tus sueños…
¿Con qué sueñas cuando sueñas? Ojos grandes y oscuros, despabilados y abiertos para contemplarlo todo. Sensibilidad naciente, sonrisa creciente. Eterna alegría en mi corazón.

Llegamos a casa y el sol, fue escondiéndose de a poco, bostezando su cansancio, durmiéndose su luminiscencia.La noche llegó con sus prisas de estrellas y luna blanca, más tú, comenzaste de a poquito a desparramar lagrimitas, mirando por la ventana.

- ¿Por qué lloras? ¿Qué te pasa?

- Mami… el sol se fue, pídele que vuelva, yo lo extraño!

¡Vaya, vaya! Una hace intentos por entregarle a un hijo cuanto se puede, dentro de lo posible.Puedo darte mi amor, mi mano para caminar juntas, tu alimento, tu juguete preferido… ¿Pero el sol? Eso no está a mi alcance!

Pero hay explicaciones que no logran su grado convincente… y la rotación de la Tierra, la sucesión de los días y las noches, son solo menudencias, porque tan solo tienes dos años y hoy se te ha antojado el sol!

Difícil noche aquella, con los ojos gastados de sueño, espiando por la ventana cada media hora, esperando que el día llegue bien rápido. Insomnio y llanto, ¡Caramba! Si hubiera soles en la farmacia de turno… saldría corriendo a buscarlo.

Cartón, tijera apurada, corta que corta, que la idea nació de golpe y la noche aún tiene para rato… 

Busqué en la paleta de mis colores, los áureos y amarillos, algún matiz anaranjado, un tinte rojizo… Tu papá me miraba de reojo, no entendía que hacía a esas horas entre pinturas, cartones, pinceles y pegamento… Tampoco tú lo sabías, solo me mirabas hipando, con curiosidad desmesurada, sin olvidarte ni un segundo de aquel sol ausente… Pero de pronto lo viste asomando entre mis manos con mirada complaciente y con una boca oronda y estirada por una sonrisa que pretendía regalarte consuelo.Desde ese día, mi niña tuvo su sol… era de cartón, pero poco importaba, lo cargaba como estandarte día tras día, noche tras noche… porque ese, jamás le dejaría…

    
                   (Jime y su Sol)