me asomo yo
(mi aporte para este jueves de relatos)
Acabo de mudarme. Si bien siempre viví en barrios
residenciales, las circunstancias en las que desembocó mi vida, me obligaron a
buscar un pequeño departamento en un complejo habitacional en la zona
suburbana. No estoy disgustada del todo con mi realidad, podría ser peor y de
todos mis males, este sería el menor.
El departamento es más bien de dimensiones reducidas.
Tiene un living reducido, una cocina reducida… en fin, no hay en él nada que
inspire amplitud, excepto la ventana que abarca la cocina y el “living-comedor”,
que sin duda alguna es lo más vistoso y amplio que posee.
Todas las mañanas, ni bien me levanto a preparar el
desayuno, corro las cortinas como si de ello dependiese mi vida, y es que me
gusta verle la cara al día, ya sea con lluvia o sol, pero desde que estoy aquí, me deleito observando cómo las otras tantas ventanas circundantes se ofrecen
como rostros ante mí. Son cual ojos que miran, cuerpos con olores que escapan
desde sus entrañas, bocas que hablan de aquellos que habitan en su interior. Verdaderos
corazones palpitantes…
Sin embargo, de todo el muestrario de ventanas, hay
una que llama mi atención, tal vez porque las cortinas que caen a los lados
como cabellera, se asemejan a las mías… el mismo color, igual diseño… o quizá, porque a la mañana temprano se abre de par en par como queriéndole ver
la cara al día, dejando escapar un aroma a café recién hecho que parece
entreverarse con el mío.
A veces, alguien se asoma tímidamente como intentando
pasar desapercibida… Es una chica, pero nunca alcanzo a verle el rostro. Se
queda un buen rato, tal vez contemplando las tantas ventanas como lo hago yo, y
luego se marcha. Pero hoy, en ese afán de sentir que un alma como la mía podría
enviarme alguna señal de aliento, me asomé dejándome ver lo más posible para
demostrarle que también la observaba. Fue entonces cuando una sorpresa impactó
de lleno en mí. La chica, también se
asomó lo más que pudo y enseñándome su rostro me saludó. Y allí estaba, tan
igualita a mí, tan coincidentemente parecida a mí, que impulsivamente corrí la
cortina.
Desde entonces, esa ventana permanece herméticamente
cerrada, ya sin rastros de vida…
Para leer a todos quienes se asomaron a sus ventanas para regalarnos sus historias, solo es necesario pasar a través de esta ventana...
la desnudez de almas es algunas veces tan sorprendente. Verse de dentro afuera es un ejercicio que hay que superar. Desde fuera te puedo certificar que la chica que mira desde la ventana, es hermosa
ResponderEliminar¡¡¡Bravooooo!!!!
ResponderEliminarMe encantó el relato de principio a fin hasta llegar a ese final que te deja en suspenso. M e ha parecido muy, muy bueno
La experiencia debe ser desconcertante pero no sé si para cerrar la cortina.
ResponderEliminarBuenas tardes, Gaby:
ResponderEliminarGenial tu relato. Me parece estupenda la manera en que nos vas presentado la historia, como en un progresivo abrir de ventanas. Trama que alcanza un giro final sorprendente con el recurso a la figura de "la otra", que marca un final tan abierto como sugerente.
Un abrazo, Gaby,
Muy buen relato Gaby, a veces nos contemplamos desde fuera. Gran final. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarVerdaderamente un imprecionante relato. Las ventanas son entradas y salidas de energía espiritual. Al parecer esta alma trascendió al exterior por una pauta morosa consigo misma. Genial.
ResponderEliminarUn beso
No me esperaba a este final. La chica que se asoma a la ventana tiene mucho talento. Me gusto mucho el relato
ResponderEliminarUn beso Gaby
Isa
Hay varias cosas que destaco: una es la cantidad de ventanas que muestran botones de vidas; otra, de como, aun siendo iguales, cada vida que transitan detrás de ellas son diferentes las unas de las otras. Por último, la ventana como espejo y el miedo a ver nuestra vida... ¿desde fuera? Saludos. Pablo.
ResponderEliminarUn relato estupendo, al final nos sorprendernos viéndonos a nosotros mismos desde otro angulo (ventana). Saltos y brincos
ResponderEliminargracias gaby :-)
ResponderEliminarUn curioso y profundo relato, como siempre tan bien contado...
ResponderEliminarMe tiraría una vida leyendo tus historias...
Es todo un placer.
Muchos besos
ahhhhh qué linda historia, compañera!... parece que vos y yo tenemos cerca, bien abiertas, sendas ventanas con luz y muuuuuucha magia!
ResponderEliminarSomos afortunadas
=)
A veces se nos hace difícil poder correr la cortina y enfrentarnos con lo que realmente somos. A veces las ventanas permanecen cerradas demasiado tiempo antes de poder descubrir que lo mejor sería abrirlas y reencontrarnos con nosotros mismos.
ResponderEliminarTu relato es estupendo, atrapa y comienza de una manera que no hace ni siquiera poder imaginar su final.
Un beso enorme.
Un relato que comienza así como si nada, y termina revolviendolo todo, personalmente pienso que a veces da miedo verse a uno msmo tal cual es, pero si ese miedo se supera, oye que a lo mejor hasta nos gustamos...Besos Gaby, muchos, muchos.
ResponderEliminarEs muy buena la manera en que vas describiendo la casa y todas las dependencias hasta terminar en las ventanas; el gusto por el detalle llega cuando finalmente observa la chica que ve enfrente. El giro final es tan desconcertante como ingenioso y me gustó mucho.
ResponderEliminarGran relato Gaby.
Un abrazo
Muy bueno Gaby, a veces nos asusta conocernos a nosotros mismos. Un relato muy bonito.
ResponderEliminarUn beso.
A veces lo que descubrimos nos gusta tan poco que preferimos escondernos antes de aceptar esa realidad. Eso le pasó a tu protagonista.
ResponderEliminarMe gustó el relato y este tema que nos has propuesto.
Un abrazo
Cerrar las cortinas de la ventana
ResponderEliminares como cerrar los ojos.
Los cierras y todo desaparece,
los abres, y ya nada está.
¿o es que nunca estuvo?
Genialll!!!
ResponderEliminarEs que eso de mirar por la ventana y ver a alguien tan sospechosamente parecido a nosotros mismos es para cerrar la cortina, la ventana y salir corriendo :)
Me ha encantado!!
P.d ya me llevo mi dibujito correcto, si es que no puede ser, soy como los Hermanos Marx en Un dia en las carreras jaja
Besos!!
Segura que eso era una ventana y no un espejo?? Tal vez era tu otro yo observándote desde un mundo paralelo ... Quién sabe!
ResponderEliminarMe gustó participar en tu convocatoria ☺
Besitos!! Tu hijulina ♥
El relato es impecable Gaby! Muy bien construido nos vas llevando poco a poco hasta un final misterioso y sorprendente. Me ha recordado a algunos relatos de Julio Cortázar siempre obsesionado con el tema de "el otro lado" , porque lo que yo veo es que es ella misma la que se observa desde "el lado de allá" y eso es lo que la horroriza.
ResponderEliminarBuenísimo !
Un beso
Muy interesante. Precioso relato con toda su carga de abstracción que lo hace un tanto misterioso. Impecable de exposición e imaginativo de contenido.
ResponderEliminarBesos y gracias por la conducción.
El reflejo del más allá, el no reconocimiento de la propia personalidad que una vez nos da la cara nos sorprende..
ResponderEliminarIntrigante y con un punto surrealista tu aportación... da un poco de miedo imaginar ese contexto al otro lado de la ventana
Besos!!!
Algo eterno, atávico, ese miedo a ver el propio reflejo, que está muy bien jugado en ese relato, que nos lleva poco a poco, con interés creciente hasta que se produce el shock.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Oleeee esa valiente!, acababa de comentarle a Pedro (suelo leer los jueves en el orden que pone el conductor para no perderme, por cierto ¿34, he contado 34?, ¡eso es un abuso!, que poder de convocatoria mi querida amiga, emmm, vale, que me disperso, sigo), que porqué no iba a suceder nada en su relato, ¡que se hicieran una seña o algo!, y va y sale, ¡si señor!, ¿pero luego se esconde?, ais, ya se lo que pasa, tenemos más vernos a nosotros mismos que a los demás, pero nosotros somos lo unico que podemos controlar, cambiar, hacer crecer y salir, dile que vuelva a salir, que se tome un cafelito con su vecina, jajaja, gracias por la propuesta, por conducirnos tan bien, y por tu relato con un final tan a lo HItchcock, inquietante. Miles de besosssssssssssss
ResponderEliminarYo que pensaba en una nueva amistad...
ResponderEliminarUn beso.