"in fraganti"
Adela sentía el sopor que le provocaba la sábana sobre su rostro, sin embargo, esa noche tenía toda la intención de permanecer oculta, como si se hallara en una cueva escondida. Apenas permitía que se permeara el aire de su respiración por la suave trama del tejido. Suspiraba bajito. Cualquier movimiento, hasta el más leve parpadeo, podía dar señal de que no dormía, de que estaba tan despierta como si fuera plena mañana y eso, no era conveniente, no esa noche.
Había esperado todo el año para experimentar ese momento, luego de pensarlo infinitas veces, decidió que su necesidad curiosa imperaba, que debía ver por fin aquello que tanta ilusión le provocaba.
Soñar, imaginar, servirse de la fantasía, era crearse un mundo propio, pero la verdad venía de lejos, cargando kilómetros de expectativas. Su mente, se había alimentado de estampas de cuentos, de descripciones que se lanzaban de bocas ajenas, pero ella quería ante todo, poder palpar con sus propios ojos la magia real, con polvo del camino, aromas a incienso, brillos y galas de oriente.
En eso, la puerta se abrió, subrepticiamente.
Su corazón, era una maquinita incontrolable, jamás había imaginado que algunas emociones guardaran tantos, pero tantos latidos.
- quietita como estatua -se dijo para sus adentros. Apenas se animó a asomar un ojo por debajo de la sábana. Todo estaba oscuro. Ni el más leve reflejo le permitía divisar el borde de una silueta.
-quietita como estatua- repitió como un eco de sus propios pensamientos.
El silencio, parecía una capa espesa... hasta que un murmullo muy leve escapó por el aire...
-Shhhh!- fue lo primero que escuchó. Luego, más sonidos empezaron a agujerear el silencio reinante.
-Shhhh, qué? vos hacés más ruido que no sé qué y venís a chillarme a mí!
-Bla, bla, bla, si no te despierto, seguís roncando a pata suelta, así que acomodá esos paquetes allí y callate la boca. Encima está todo tan oscuro que no veo ni dónde piso.
-Te dije, agarrá la linterna, pero no, vos siempre hacés las cosas como te da la gana!
Algo no andaba bien, eso que estaba sucediendo allí, en medio de la oscuridad absoluta, no era lo que ella esperaba. No, de ningún modo. Inquieta, al borde justo donde la ansiedad y el nerviosismo estaban a punto de estallar, Adela se lanzó hacia la portátil y encendió la luz.
Y allí estaban, su padre, con un boxer rojo y una rubia muñeca en la mano, en tanto su madre, de camisón, cargaba una bolsa con paquetes en una mano y una cesta con frutos plásticos en la otra...
Esa fue la última noche que Adela, dejó sus zapatitos en espera de los Reyes Magos...
Una queridísima amiga me sugirió este video...
En tal caso, otra hubiera sido la historia... y la sorpresa!
Para seguir pescando relatos "in fraganti", dirigirse a lo de Julianoelapóstata
HASTA EL FINAL (Chema Fernández Amigo)
Hace 4 horas
Que genial !!
ResponderEliminarAl principio me imaginaba otra cosa pero dio un giro y me dio mucha ternura, mas de uno lo habrá descubierto a si ja ja!!
Muy bueno Gaby !!
Besos
¡Qué pena de Adela!, todos nos hemos enterado en el cole, uizás ella también, pero lo quiso constatar y...
ResponderEliminarQue pena descubrir la versdad asi... con la ilusion que tenia...Un beso.
ResponderEliminarel ambiente, el ambiente que has creado, eso es la magia de este relato, sin ligar a dudas es lo que se merece un 10. difícil de mantener la intriga, esa dificultad la has solventado cual escribienta de 10.
ResponderEliminarmedio beso, gaby.
què sí, que me has cambiado la desilusiòn de adela por la risa de ese otro giro!
ResponderEliminarcuàl serìa la cosa si fuera asì, me lo cuentas?
La pequeña Adela en cara a la realidad, ya no le escribiría a los Reyes, claro que no.
ResponderEliminarMe sorprendiste en el giro, grosaaa!!!
Un beso :)
no me imaginaba esa vuelta al final, me veo sorprendido como Judith. Me encanto el relato! un besoo
ResponderEliminarA VECES las sábanas nos sirven de refugio. Pero la acción está en el andar. Me ha gustado el ritmo de tu escritura.
ResponderEliminarRochies
Pueden decirle que encontraron los regalos en otra habitación y pensaron dejarselo en su habitación.
ResponderEliminarjjajjaa muy buen relato, Gaby!...y sí, también yo sentí esa enorme curiosidad y quise -en mi caso infructuosamente- agarrar a los magos in fragantti!..pero por suerte no pudo ser y siempre me sorprendió la mañana con los juguetes bien dispuestos esperando que yo los desenvolviera y me pusiera a jugar con ellos!
ResponderEliminar=)
besazo.
p.d
fue una lástima no haber podido coordinar un encuentro a mi breve paso por Montevideo. El horario era muy ajustado y debíamos tomar el buquebus en Colonia a eso de las 18...así que bueno, será para la próxima!
=)
Pobre, que disgusto, y es que esto de los reyes cuando se descubre es un rollo, cachis...
ResponderEliminarUn abrazo
Ya nada sería igual, aunque seguro que esos papas sabrian mantener alguna magia alrededor de esa niña. Precioso Gaby has creado una atmósfera en torno a esa niña y a su ilusión, increible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pobrecita Adela, la desilusión es total, para venirse abajo del todo. me ha encantado tu relato. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarUps!!!
ResponderEliminarque desilusión y que sorpresa para la niña
Uy que momento ese de descubrir que los papás son los tan esperados Reyes magos.
ResponderEliminarPero más tarde o más temprano esas cosas pasan.
Muy buena historia Gaby.
Un beso enorme.
Genial!!!, le diste un giro inesperado, pero de una forma magistral. Ternura, me ha inspirado mucha ternura tu relato. Gracias por ello.
ResponderEliminarUn beso
Vio a los Magos de todas maneras.
ResponderEliminarMe ha encantado la belleza de esa habitación.
Un abrazo!
Un relato tierno, como ya te han comentado otros amigos te llevas una grata sorpresa al final.
ResponderEliminarEl vídeo muy original.
Me quedo quietita como una estatua esperando más letras tuyas.
Un beso.
Delicioso, Tanto el relato como el video.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Me lo has hecho revivir, nunca se dice, se intuye y muy en el fondo se desea que no sea verdad... pero la curiosidad, tan de niños, a veces hace su trabajo.
ResponderEliminarMe gustó ese halo mágico lleno de realidad... eres la Maga de la letras :)
Besos!!!
gaby, te lo dejo acá y también en el facebook..
ResponderEliminartu jueves sería el del día 28 de marzo, vale?
medio beso.
Siiiii, encantada! Gracias Gus, trataré de estar a la altura!
ResponderEliminarBeso enterito!
Ayyy qué penita! yo no lo quería creer y preferí disimular uns cuantos años más... de hecho todavía sigo poniendo mis zapatitos :)
ResponderEliminarUn beso, guapa!
La verdadera magia no está tanto en la creeencia de los Reyes Magos sino en constatar lo mucho que los padres quieren a sus hijos. Tierna historia para una poillada in fraganti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oh! Antes o despues acabamos todos descubriendo la "magia" de los reyes magos.
ResponderEliminarBss.
Hola Gaby*!!
ResponderEliminarEn primer lugar, gracias por el tironcito de orejas cariñoso, porque de no ser por vos no me había dado cuenta que había olvidado poner la plaqueta alusiva al premio... Puedes pasar a retirar la tuya cuando así lo desees.
La alegría (y el premio) también fue mía, al ver que volviste a comentar en mi blog... Ya sabes lo que eso significa para mi.
Qué puedo decir de este relato que ya no hayan dicho quienes comentaron antes?... Solamente que sigues creciendo como artista y como escritora, y eso me emociona y me hace admirarte cada día más.
Te dejo un beso grande (que se tornó inmenso, por la demora)... ;-)
RoB
Lo de la rubia muñeca en una mano me había dejado descolocada.... creía que era hinchable, jajajajaa! Menudo susto se hubiera llevado la pobre Adelita!!
ResponderEliminarUn beso y café.
A la mayoría nos han pillado y anteriormente hemos pillado infraganti. Curioso que nunca tan gran mentira produjo traumas infantiles de ningun tipo.
ResponderEliminarUn abrazo