receta... para este jueves...

  ... preguntas  me asaltan a mitad de la noche, cuando todo está quieto y solo el alma susurra... El alma y el pensamiento...

Sus mensajes flotan en la marea de todo cuanto siento, mis viejas dudas, mis actuales certezas... Pero ahí están sus letras, sus frases, su convicción estampada en mi mente como si fuera de papel. No puedo con ello. Tampoco quiero convencerle de lo contrario, por qué? al final de cuentas mi conciencia le da la razón.

Descorcho una botella de buen vino, ya de por sí, me embriaga su color, ese tinte a uvas seduciendo desde la copa, esperando a sus labios como a un beso viajero... -el beso que jamás me dio. Ascienden por mi vientre mariposas del deseo, un deseo que alguna vez se esfumó en el aire pero dejó su olor.

He preparado mi mejor plato, seguí paso a paso la receta, sin equivocarme. Lo contrario hice con mi vida, hice con mi amor... pero claro, no existe una receta que seguir cuando el corazón siente miedo, cuando el valor escasea y los pasos que se toman conducen a un mundo de extrañezas.

Solo espero que venga, que comparta mi mesa, donde los sabores juegan sus razones, donde el condimento se centra en la mirada, donde cada bocado expresa confidencias... Todo lo he cocido a fuego lento, degustando el momento, revolviendo con paciencia, aplicando un toque de fantasía sobre la olla burbujeante... y quién no dice, que el tiempo, las circunstancias, este aroma que escapa por la ventana no sea la invitación que él esté esperando...

... la noche huele a especias, hiervas frescas, vino tinto y salsa de arándanos...

Gaby*

...y sigue el recetario en el balcón de mi vecina Cass