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uro
que al principio me pareció una locura, pero el tiempo que se me otorgó para
tomar una decisión fue tan escaso, que ni bien me puse a pensarlo ya estaba
todo decidido: el envío estaba en camino y solo era cuestión de esperar.
Una gran dosis de curiosidad me recorría como una hormiguita
laboriosa, horadando la paciencia, generando expectativas que aún no sabía cómo
acomodar en mi interior. Toda yo era una
mezcla de algarabía, nerviosismo e intriga. La invitación me había llegado de
mano de un amigo, un gran catador de situaciones estrafalarias, aventuras
impensadas y cualquier otra oportunidad que se le cruzara al paso prometiendo
algo interesante.
Admito que no terminaba de
convencerme toda esta locura en la cual estaba a punto de embarcarme, cuando el
timbre sonó. Era una encomienda. Un gran paquete portando un sello de Adventure
Time, que marcaba en grandes letras la
advertencia: FRAGILE.
Mi
corazón parecía haber retenido todas las palpitaciones desde diez años a la
fecha, para soltarlas de golpe en ese segundo.
Controlando como pude mi
nerviosismo, abrí con cuidado la caja, esperando que me asaltara la sorpresa,
pero ante todo… la emoción. Y allí estaba, el elegido, el personaje que me
había sido asignado para que viviera mi gran aventura!
Cierto
estupor me abrazó de pronto, luego sentí ternura - aquellos ojos adormilados
tenían un expresión tal, que no podía más que darme por conquistada, pero al
rato, la desconfianza se me trepó al cuerpo. Empezaba a sospechar que algo no
saldría como se suponía…
La
idea era vivir una aventura con un personaje animado, de esos que entretienen
desde una pantalla o un libro, traspasar
distancias y permitir que la ficción y la realidad se abracen en una
posibilidad única. Al menos eso me había
dicho mi amigo.
Pero
ahí estábamos, el recién llegado y yo, mirándonos sin saber qué hacer ni por
dónde empezar. Tantas dudas me atacaron
de pronto que sin pensarlo más, llamé al promotor de este asunto.
- - Hola amigo, el
envío ha llegado, tú ya tienes el tuyo?
Lanzó
una estruendosa risotada -algo habitual en él- y de inmediato pasó a contarme
que estaba en casa de Peter Parker. Eso,
desde ya, prometía acción y mucho dinamismo en su aventura… La mía en cambio…
no parecía prometer nada más allá, que
un cariñoso regodeo sobre el tapete, o algún enredo fortuito con un ovillo de
lana.
En
fin… la experiencia tampoco puede despreciarse, por unos días me pasé
durmiendo, mirando TV y mimando a un gato remolón, sin obviar la buena panzada que nos
dimos de ricas lazañas.
Si algo de inconformismo llegaba a asomarse a mis ojos, él farfullaba con aire de
sabiduría:
- No te aflijas, lo mejor que le puede pasar a una divorciada solitaria como vos, es que me cruce en su camino. Y no olvides:
- No te aflijas, lo mejor que le puede pasar a una divorciada solitaria como vos, es que me cruce en su camino. Y no olvides:
Buena filosofía la del gato!
Y bue… como solemos decir por estos lares: “es lo que hay"!
Garfield
(algo sobre la historia de este personaje)
Bueno, pues no estás nada mal acompañada, me encanta Garfield!!!! comerás ricas lasañas y mantendréis conversaciones interesantes, otras cosas... pues va a ser que no, pero vamos que está muy bien tu acompañante.
ResponderEliminarMuchos besos!!
Te va a vaciar la despensa el lindo y esponjoso Garfield, por contra, te va a resultar muy instructiva su charla y su filosofía, no se puede tener todo, has sido afortunada.
ResponderEliminarPor cierto también me gusta mucho el dibujo azul que consta a la derecha.
Dibujadora eres, así que hasta podrías auto dibujarte el personaje perfecto.
Un besoooooooooooooooooooooo.
Buena filosofía, pero sólo para el fin de semana.
ResponderEliminarPues bien acompañada, estás, de eso no cabe duda (relato animado con cierto regusto melancólico y, a la vez, muy tierno)
ResponderEliminarUn beso
Buena filosofía la del gato, ciertamente. Hombre, pasar unos días con Garfield tampoco está tan mal, especialmente si son días de frío, de esos de estar calentito en casa.
ResponderEliminarBesos.
Jaja muy bueno. Me encanta Gardfield.
ResponderEliminarMe ha gustado. :)
Tengo esos tres mismos deseos; pero creo que no se cumplirán. Bueno,piensa que fue una aventura tranquila, no todo no va a ser matar a malos y tener superpoderes.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen relato y un buen socio de aventuras bien elegido....
ResponderEliminarEstoy tentado de decir que coincido con Garfield. Curiosamente este personaje tiene momentos de actividad muy notables.
ResponderEliminarBuena introducción al tema del dibujo animado.Luego, el desarrollo te va saliendo de la mano guiada por tu creatividad ,y originalidad.UN gatito siempre da ganas de arrullo,así que no fué en vano el regalo.
ResponderEliminarBesucos gatunos,amiguca!!
Gó
Sí, más vale unirse a él que tenerle como enemigo...
ResponderEliminarUn besito y un digestivo para las lasañas.
el gato sabe agradecer los mimos a veces más que los hombres
ResponderEliminarPara lo soledad, es Garfield muy buena compañía.
ResponderEliminarSuave, cálido, remolón, buen catador y sobre todo silencioso.
Lo malo es que no es solución. Se necesitan más cosas.
Un abrazo.
Esta bien, se comienza con un gato y luego como buena "divorciada solitaria" tendrás cuarenta gatos, un perro y tu hija ;) Sin olvidar los nietos, ya... algún día... ¡Ahí si vas a tener aventura! :D
ResponderEliminarBesitos de tu hiji :P
Me ha gustado mucho como has introducido al personaje, manteniendo la intriga en todo momento pero la verdad es que a Garfiel lo conozco más bien poco y no es de mis dibujos preferidos y tampoco me gustan demasiado los gatos pero tu relato me ha encantado.
ResponderEliminarBesitos
Tengo los mismos deseos que ese lindo gatito. Me encanta como lo has ido planteando.
ResponderEliminarBesos
Tiene cara de sabio el gato este. No he visto dibujos de Garfield, pero tiene un enorme parecido con un gato que tiene mi hija al que, por su color anaranjado, le llama Calabaza. Pienso que te has procurado una muy buena compañía para esta semana de dibujos animados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno el relato, original y bien contado. Está perfectamente dibujada la situación y a esperar otra ocasión, tal vez caiga Tarzán.
ResponderEliminarBesos
Yo no pude adoptar a Garfiel, me traje a "sombra" en una cajita de cartón, era una bolita negra y blanca, sin pedigree. Ahora mientras te escribo la tengo en mi regazo.
ResponderEliminarUn beso
Jaja es buena la filosofia del gato, buen post :)
ResponderEliminarHola Gaby a pasado mucho tiempo pero yo no te e olvidado te había escrito pero no encontré la contraseña de mi blog así que entre de otro modo saludos a ti y a tu familia tu amiga de puerto rico Eli
ResponderEliminarAl menos el gato no te causó problemas. Con otro personaje igual hubieras tenido más aventuras pero tal vez te habría ocasionado algún que otro disgusto. Por cierto, buena filosofía la del gato, si. Me uno, jeje. Un beso.
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